La globalización como proceso económico y socio-político impulsa un conjunto heterogéneo y múltiple de cambios. Entre ellos una variación cualitativa de los conceptos de tiempo y espacio en el campo de las relaciones internacionales. Desde el punto de vista de las comunicaciones, la transmisión de las decisiones políticas, económicas, militares, estratégicas, culturales y en general de la acción internacional el tiempo y el espacio se han comprimido virtualmente. Los espacios se han hecho “más cortos” y los tiempos “más reducidos”. Ello está teniendo efectos aún no del todo determinados en conceptos y realidades básicas de las relaciones internacionales, como el número y la naturaleza jurídica y social de los “actores” o “sujetos” de la política internacional. Nunca en la historia, como ahora, han emergido tantos actores internacionales distintos a los estados, especialmente los gobiernos subnacionales (estaduales, regionales y locales), las empresas, las organizaciones no gubernamentales y otras instituciones de la sociedad civil.
Esta mayor descentralización de las relaciones internacionales contemporáneas se da tanto en el funcionamiento del sistema internacional (macro relaciones internacionales) como en el ámbito de la elaboración y ejecución de la política exterior de los estados (micro relaciones internacionales).
La diplomacia descentralizada comprende el conjunto de interacciones internacionales que se realizan entre gobiernos nacionales y gobiernos subnacionales y entidades de la sociedad civil, incluidas las empresas, y organizaciones no gubernamentales; entre gobiernos subnacionales con gobiernos subnacionales extranjeros o con entidades de la sociedad civil u organizaciones no gubernamentales extranjeras y entre las propias entidades de la sociedad civil.
Las acciones y procesos de la diplomacia y cooperación descentralizada son múltiples y crecientemente diversificados: a) La diplomacia descentralizada como componente específico de la política exterior de los estados. B) La formación de bloques o esquemas de cooperación o integración transfronterizas. C) El hermanamiento de ciudades. D) Las relaciones externas de los gobiernos subnacionales y los actores no estatales. E) La Cooperación descentralizada. D) Las conferencias e instancias internacionales multilaterales de o con participación de gobiernos subnacionales o entidades de la sociedad civil, y, F) las estrategias de lucha contra la pobreza y la exclusión a través de proyectos de gobernabilidad y desarrollo social localizados en los ámbitos espaciales de los gobiernos regionales y municipales.
Los procesos de empoderamiento de identidades y aspiraciones de los gobiernos y sociedades regionales o locales, así como las legítimas aspiraciones a representar los intereses de sus poblaciones en las decisiones que afectan su vida cotidiana, están produciendo cambios cualitativos en la concepción misma del gobernar. Y muy particularmente en las relaciones externas. Cada día son más los gobiernos estaduales, regionales y municipales que articulan sus relaciones externas, definen estructuras institucionales de gestión externa y ejecutan procesos de diplomacia descentralizada.
En América Latina este proceso que tiene una dinámica propia que supone un esfuerzo deliberado para revalorizar los referentes nacionales de la política exterior, sus vínculos con los procesos de la política interna, la descentralización, los esfuerzos estatales y no estatales a favor de la cohesión social, el pluralismo democrático, el crecimiento económico con equidad, la participación ciudadana y la apertura de la política exterior a las opiniones de la sociedad civil organizada.